Algunos no se han
percatado de ello, no le han dado importancia, lo han acatado igual
que un perro adiestrado obedece a su amo, lo admiten e incorporan en
sus vidas como algo normal, típico y austero.
Me alegra que hoy en día
la cantidad de gente que sigue esa mentalidad sea menor, que piensen
bien si creen en ello o no. Sí, hablo del catolicismo, religión
“implantada” en este país por meras costumbres históricas. Pero
aún que yo y mucha demás gente se considere no creyente, es así.
Porque por ejemplo la Navidad, nuestra querida Navidad, apuesto a que
hasta el más ateo en este país celebra ese día, siendo esta
claramente uno de los días más destacados de la religión
cristiana.
Nacemos y a los pocos
meses ya hay una celebración donde nos mojan la cabeza con “agua
bendita”, como símbolo de unión a la religión cristiana. Yo, aún
que actualmente estoy en contra, he sido bautizado. No estoy diciendo
que sea nada malo ni otra cosa por el estilo, pero, ¿acaso tenemos
derecho a bautizar a un bebé, sin que este conozca ni pueda opinar
sobre la religión? ¿podemos atentar contra su futura opinión
religiosa? No creo, ya que existen más religiones por descubrir con
las que este se podría sentir identificado en un futuro.
Por otra parte ya viene
la comunión, que se realiza entre los 7 y los 12 años de edad, con
esta ya te “unes más a la religión cristiana”. La mayoría de
los niños la hacen por la fiesta y los regalos. Aquí se demuestra
que tampoco debería de hacerse a no ser que este crea firmemente en
lo que se va a comprometer. Por ejemplo, yo a los 8 años, siendo
toda mi familia católica, decidí que no creía en nada de eso y que
no debía hacer la comunión.
Al fin y al cabo, queda
muy clara mi opinión. Afirmo que todo esto se debería realizar por
creencias reales, no por meras costumbres. Me enfada que se inculque
en las tradiciones y no que se pueda decidir por pensamiento propio.
La canción de hoy, la nueva de Melendi, un artista que me gusta mucho: Tocado y hundido.