Nos
miramos al espejo y vemos mil y un defectos. Demasiado bajos o
demasiado altos; muy gordos o muy delgados; muchos granos en la cara
o unas cejas muy juntas; y así centenares de ejemplos más. Nos
creamos inseguridades innecesarias, preocupaciones que nos
condicionan, presiones que nos hacen sentir mal con nosotros mismos.
Echamos males de ojo a nuestra imagen. Y es que es verdad, ya no nos
queremos, no nos queremos en absoluto. No sé si esto pasa ahora y
antes se estaba a gusto con el físico de uno mismo, no he vivido
mucho tiempo en este mundo como para poder comparar al largo de los
años. Pero básicamente me baso en lo que veo. Yo y confío que
vosotros también, desprecio los estereotipos. Es cierto que puede
haber personas muy guapas a nuestro parecer y otras no tan
agraciadas, pero repito: a nuestro parecer. Porque como dicen, “para
gustos colores”. Y oye, que a quien no le gustes que no pierda un
solo segundo en mirarte, y mucho menos en insultarte o ser grosero
contigo.
Estos
estereotipos, como bien se ve en los medios, crean trastornos
alimenticios, hacen que queramos ser como en realidad no deberíamos
ser, al fin y al cabo nos hacen menos personas. Yo personalmente no
me comparo con el tipo de “belleza” actual. De acuerdo, me
gustaría gozar de algún musculito más, pero soy feliz tal y como
soy.
Y
me gustaría que todos vosotros también pudierais gozar de ese
“ilícito” placer. Ese acto de mirarse al espejo y ver a una
persona perfecta, una persona que se quiere tal y como se ve. Ese
acto de ver a una persona perfecta dentro de sus imperfecciones en el
espejo. Ese acto de QUERERSE.
Y la canción... Stay de Rihanna y Mikky Ekko.